Putin ataca Ucrania por siete frentes: las tropas rusas llegan a Kiev
La punta de lanza del avance ruso hacia la capital de Ucrania surge desde la frontera de Bielorrusia, donde las tropas de Moscú se desplegaron hace semanas para realizar unas maniobras militares conjuntas
La ofensiva lanzada por Vladimir Putin ha llegado hasta las afueras Kiev en menos de 24 horas. Tras invadir Ucrania por siete frentes, después de atacar con artillería la infraestructura militar ucraniana e inutilizar sus aeródromos, las tropas rusas llegaron ayer por la tarde el aeropuerto de Gostomel, un centro clave para las capacidades militares de Ucrania que está a solo 25 kilómetros de la capital. La situación en este importante aeropuerto, punta de lanza de la invasión, es confusa: Kiev aseguró a última hora del jueves que había retomado el aeródromo -«la primera gran victoria del Ejército ucraniano»-, horas después de que el presidente Volodímir Zelenski confirmara que había caído en manos de paracaidistas rusos.
El meteórico avance de los rusos ha continuado esta mañana. Sus fuerzas han intensificado en las últimas horas la ofensiva, con movilizaciones por tierra y aire que amenazan gravemente la capital ucraniana, escenario de «terribles» explosiones durante la noche. El Ministerio de Defensa de Ucrania ha anunciado que las tropas rusas han avanzado hasta el distrito de Obolon, en las afueras de la capital ucraniana y a solo 9 kilómetros del Parlamento ucraniano, ubicado en el centro de la ciudad. El Ejército de Kiev también combate a los tanques rusos que avanzan en dirección a la capital desde las regiones cercanas a la antigua central nuclear de Chernóbil.
El corredor hasta la capital
Las fuerzas de Rusia lanzaron ayer la invasión por siete regiones de Ucrania, como Crimea, Odesa (en el Mar negro), el Donbás, Jarkov y Glujov, pero el avance clave llegó desde la frontera de Bielorrusia –país aliado del Kremlin- y la región ucraniana de Chernígov, donde las tropas invasoras establecieron un corredor que se extiende hasta las afueras de Kiev. Ante el avance enemigo, miles de civiles huían de la capital, también golpeada por los bombardeos rusos, hacia Rumanía, Eslovaquia y Hungría. Los ucranianos que huían de los combates buscaban zonas alejadas de instalaciones militares o aeropuertos. No era sencillo. La ofensiva rusa incluye ataques aéreos y de artillería básicamente en toda Ucrania, en casi todas las regiones, también en Kiev.
A las 17:00 horas, el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania –país que no es miembro de la OTAN– emitía un comunicado que informaba de enfrentamientos a lo largo de toda la frontera mientras las milicias prorrusas apoyadas por el Kremlin atacaban sus posiciones alrededor de las repúblicas separatistas de Lugansk y Donetsk. Los prorrusos lograron romper, gracias al apoyo ruso, la línea defensiva establecida por las tropas ucranianas y avanzar casi diez kilómetros, según el Kremlin. Sin embargo, la punta de lanza del avance hacia Kiev llegaba, desde la frontera de Bielorrusia, donde las tropas rusas se desplegaron hace semanas para realizar unas «maniobras militares conjuntas». EEUU denunció entonces que las maniobras escondían la construcción de una fuerza invasora que lanzaría el asalto a Kiev.
«Una guerra contra toda Europa»
Desde la frontera bielorrusa, las tropas rusas hicieron retroceder a las ucranianas hasta la zona de exclusión de Chernóbil, a unos 70 kilómetros de Kiev. El camino más corto hasta la capital. La zona de exclusión que rodea la central nuclear cayó en poder de los rusos tras cruentos combates durante toda la jornada. Zelenski definió la acción rusa como «una declaración de guerra contra toda Europa«.
El último comunicado emitido ayer por las Fuerzas Armadas ucranianas ponía el foco en el plan de guerra de Putin: «El objetivo principal de la operación es bloquear Kiev, crear un corredor terrestre hacia la península de Crimea y una región autoproclamada de Transnistria». Putin ha culminado el desafío que inició hace semanas con una invasión a gran escala que ya ha causado decenas de bajas en las filas ucranianas. Moscú, por su parte, acusa al Ejército ucraniano de perpetrar «bombardeos indiscriminados» en una guerra que también se libra en el terreno de la desinformación y la propaganda. Las primeras horas de la ofensiva han provocado la muerte de al menos 140 militares ucranianos y decenas de civiles. Hay además cientos de civiles heridos (316 según Kiev) y decenas de miles de desplazados. Ucrania asegura que sus fuerzas han matado a medio centenar de soldados rusos.
Mientras la ofensiva rusa se acerca a la capital, Ucrania pide ayuda internacional. El Gobierno afirma que, para frenar a Moscú, se necesitan unas sanciones más «efectivas» de las que han sido impuestas hasta ahora contra el Kremlin. Aboga por ello por la desconexión de Rusia del sistema de transacciones SWIFT, sanciones contra los dirigentes rusos y otras medidas contundentes capaces de convencer a Putin de que la operación militar en Ucrania tendrá graves consecuencias. Zelenski también pide más ayuda militar para que Ucrania pueda defenderse del ataque. No parece que sus súplicas vayan a detener la invasión. Las intervenciones rusas en el siglo XXI han demostrado la inutilidad de las sanciones.