de sobra sabido para cualquier lector de la prensa barcelonesa que el Tribunal de Cuentas del Reino de España es un chiringuito rancio, cutre, técnicamente insolvente y clientelar, amén de catalanófobo en grado sumo, algo mucho más propio de una república bananera que de un país europeo serio. Absolutamente nada que ver, pues, con la Sindicatura de Cuentas de Cataluña, su órgano equivalente en esa demarcación y la institución a la que el Estatut encomienda en exclusiva la labor fiscalizadora del dinero que maneja la Generalitat. Así las cosas, para que el lector se pueda formar una idea aproximada de las distancias siderales que separan la castiza cutrez madrileña del muy ejemplar, meritocrático, profesional y europeo funcionamiento de la Sindicatura de Cuentas de la Generalitat, reproduzco a continuación las reflexiones que doña María Àngels Servat, una de las seis máximas responsables el órgano de gobierno de la Sindicatura de Cuentas de Cataluña entre 2011 y 2019, cargo al que accedió a propuesta del que ahora es el partido de Puigdemont y tras la preceptiva votación en el Parlament, vertió en cierta página de Internet especializada en manualidades – y marujeo-, la que lleva por nombre el de facilísimo.com, al poco de ser nombrada. Agua va:
«El jueves día 17 me llamaron por teléfono, y me dicen que si no tenía inconveniente, al día siguiente me proponían en el Parlamento de Catalunya, para un importante cargo institucional…. No tiene nada que ver con la política, es un cargo público, importante, pero independiente (de hecho, se DEBE ser independiente, igual que un juez por ejemplo, para poder desempeñar bien la función). El asunto me pilló por completa sorpresa, y apenas pude balbucear algo por teléfono (debía parecer profunda! jajaja). Un año atrás me habían insinuado algo, pero desde entonces no había tenido más noticias, y pensé sinceramente que se había desestimado el tema».
«El viernes por la mañana me llaman para comunicarme que ya se había propuesto oficialmente mi candidatura y que debía prepararme porque el lunes 21 de febrero, a las 12 del mediodía debía comparecer ante una comisión de unos 40-50 diputados del parlamento, de todos los partidos políticos, para exponer mi currículum y defender mi idoneidad para el cargo. Después de la exposición, era muy posible que tuviera que responder a preguntas que me hicieran. Jolín… me entraron todos los tembleques!!!! Qué tenía que decir???? Quién estaría en esa comisión?????? Qué me preguntarían????? QUÉ ME PONÍA????????joeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!».
«Mi marido me mandó a la pelu el sábado por la mañana (qué pasa???? Yo no me corto ni tiño bien el pelo????? jajajajaja… qué horror!!!), y por la tarde, halaaaaaaaaa, a tirar de la VISA comprando ropa y zapatos ‘serios’…. Qué ruina! Y el domingo enterito dedicado a preparar la comparecencia, a hablar con gente que me pudiera echar una mano para prepararme bien, y a visitar a una amiga, que es diseñadora de modas, y a parte de tener un gusto exquisito, tiene 8000 complementos monísimos para acabar de ‘adornar’ cualquier vestimenta… así que llegué a casa con una bolsa cargada de foulares y bisutería fashion y ‘buena’. Parecía que hubieran pasado los Reyes Majos!!!! jajajaja. La pena es que todo era prestado! Jeje».